La historia se refiere a un individuo que se mudó de aldea, en laque encontró con lo que allí llaman un sennyasi. Este es un mendicante errante, una persona que, tras haber alcanzado la iluminación, comprende que el mundo entero es su hogar, el cielo su techo y Dios su Padre, que cuidará de él. Entonces se traslada de un lugar al otro. Tal como tú y yo nos trasladaríamos de una habitación a otra de nuestro hogar. Al encontrarse con el sennyasi, el aldeano dijo: “¿Qué más le dijo el Señor?” Preguntó el sennyasi. Me dijo: “Si el hombre te da una piedra preciosa que posée, serás el hombre más rico del mundo … ¿Me daría usted la piedra?” Entonces el sennyasi revolvió en un pequeño zurrón que llevaba y dijo: El aldeano no podía dar crédito a sus ojos, porque era un diamante, el diamante más grande del mundo. “¿Podría quedármelo?” “Por supuesto, puede conservarlo; lo encontré en un bosque. Es para usted.” Siguió su camino y se sentó bajo un árbol, en las afueras de la aldea. El aldeano tomó el diamante y ¡qué inmensa fue su dicha! Como lo es la nuestra el día en que obtenemos algo que realmente deseamos. “¿Cuál?” le pregunto el sennyasi. “Podría darme la riqueza que le permite a usted deshacerse de esta piedra preciosa tan fácilmente?” |
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